Caperucita...
Desde la profesión de bibliotecólogo no somos ajenos a la controversia que generó el libro “Caperucita se come al lobo”. Es
este un tema con varias aristas interesantes de trabajar: la literatura como
herramienta contra la muralla de género,
así por la tapa del libro impreso
uno pudiera pensar de buenas a primeras que es una pieza de literatura que
trata de derribar, lo que para algunos es el inicio de la dependencia entre un
sexo débil (abuela, niña) y un sexo
fuerte protector (leñador), contra la naturaleza bestial (lobo). Esta es una
buena discusión sobre literatura y género, pura liberación femenina, pero al
parecer no era este el caso.
La
discusión ya más liviana y humorística, es que existe un proyecto país con
ingentes recursos y por una casualidad del destino alguien llegó a un libro con
pocas páginas y pequeño que no debía estar allí y fue el caos (Leito decía “…y
con animalitos”). Si miramos ahora al
revés, esto es lo que no ocurrió, se nos
borra la sonrisa: los más de doscientos colegios a los cuales llegaron los
libros del programa, ¿no lo vieron?,
¿nadie acaso hojeo?, ¿leyó el prólogo?, ¿se preocupó de examinar la lista de recepción?
.Un paso antes en Procesos Técnicos cuando lo clasificaron en “C863” y con
notación de autor “QUIc” y catalogaron,
¿el personal profesional no detectó el error? .O en realidad se hizo eso que
nunca se debe hacer: realizar los procesos técnicos desde la tapa. Y aún antes en el proceso de selección, tal
vez se usó ese nuevo sistema de marcar en una planilla Excel hasta donde el presupuesto permita y nada más.
Esto ya no es gracioso y nos hace
enfrentarnos con la realidad: los indicadores de resultados son malos, estamos
acostumbrados a informar indicadores de entrada, cuántos libros repartimos,
cuántos préstamos, las nuevas salas de colores alegres, el mobiliario moderno. Pero estos pequeños episodios de errores
cotidianos son como un “clic”, ese que nos despierta del sueño y nos obliga aceptar que
al final el rey va marchando desnudo.
La
selección de contenido es el plato fuerte como tema, como hace un sistema de
bibliotecas para elegir el contenido puesto a disposición de sus usuarios,
bueno es una de las áreas que tienen que estudiar aquellos que elijen la profesión de Bibliotecólogo, considerar a sus usuarios y sus
capacidades, el libro en cuestión puede ser un título para una biblioteca
pública, pero para una biblioteca escolar no es
lo mismo. Desde la visión de enseñanza es válido solo si se puede
generar un programa de enseñanza asociado, visión desde la pedagogía, desde la bibliotecología la visión es amplia,
sin programa alguno asociado el libro también es válido como llave para entrar
a otros mundos, esta conlleva dos
visiones: las bibliotecas así sin más para
leer, la maravillosa simpleza de lo
humano y los Centros de Recursos de Aprendizaje que obviamente son algo que
acumula elementos de aprendizaje, películas, música, libros, pero siempre desde el aprendizaje: la lista de actividades y la evaluación.
Quedan aún otras aristas, solo un día fue suficiente para que las
búsquedas modificaran las ayudas del principal motor “Google”, así el viernes la sugerencia de búsqueda a “caperuci”,
era “caperucita se come al lobo”, “caperucita se come al lobo libro” y un fruto
de la inmediatez “caperucita se come al
lobo pdf”, es estudio de sociólogos…, (como diría A.Parra).
Todas
estas aristas para trabajar y nada ni una opinión siquiera ni de los gremios,
ni las carreras que forman los futuros profesionales, ni siquiera las
agrupaciones, nada. El Ministerio de
Educación de Chile sale a realizar control de daños: es un error insignificante
solo del 2%, se retiran todos los ejemplares (no dice o no saben cuántos son),
hay sumario, existe un comité para el 2016 y tema olvidado, hay otros afanes mas enjundiosos.
Pareciera
una cosa nimia unos mil ejemplares… si pensamos en cuatro copias por título y
el precio con descuento es un poco más de U$8, son U$8.000 y aquí aparece otra
interesante arista: qué controles tiene el Estado de Chile para sus adquisiciones
de bibliografía: en CRA $8.176.625.000;
$969.743.000 destinados a la contratación de servicios de consultoría,
difusión, capacitación y estudios para el desarrollo de las actividades
incluidas en las distintas líneas de acción del programa. Considera $16.375.000
en contratación de honorarios para evaluación de recursos educativos (parece
que no alcanzaron); para textos
escolares en colegios $33.732.875.000; en la DIBAM libros para bibliotecas y
obras de arte para museos $2.228.546.000 y en CONICYT vía CINCEL BEIC
$6.905.762.000, así a ojo de buen
cubero unos 75 millones de dólares en
adquisición de información, general, especializada, física o electrónica,
compra o suscripción.
Es una buena área
de estudio, sobre todo si tratamos de descubrir cuan mejores nos hace esta
inversión.
Libro retirado de colección, por estar donde no debía |
Imagen de la noticia dada por el MINEDUC - control de daños |
Comentarios
Publicar un comentario